El “calentón verborreico”, en sus propias palabras, de Imanol Arias no puede quedar en un simple “lo siento, no volverá a pasar”, porque las falsedades vertidas sobre RTVE y todos sus trabajadores y trabajadoras son demasiado graves e injustas como para ser superadas por unas simples disculpas.

UGT presentó ayer tarde ante la Subcomisión encargada de la redacción del Mandato-marco nuestras propuestas para el futuro del servicio público esencial de la Corporación.

El de Burjassot no es el primer caso de agresiones a los medios de comunicación, ya que por desgracia este tipo de hechos van a más, y resulta imposible valorar si es más o menos grave que cualquiera de los anteriores, porque todos ellos son hechos absolutamente intolerables frente a los que la sociedad debería reaccionar con la mayor contundencia. 

2+2=4… no parece difícil de entender salvo para la CGT, que lanza sus insidiosas preguntas en twitter y en sus correos para indagar qué se oculta tras las palabras de Jesús Trancho en un grupo sobre Oposiciones en RTVE. No es nuestra misión dar clases de Primero de la ESO en matemáticas, pero aquí desvelaremos todo este misterioso misterio solo sumando.